Muchas personas tienen que vivir con una condición difícil de diagnosticar y debilitante: el síndrome de fatiga crónica (SFC). Este padecimiento afecta a más de un millón de estadounidenses, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, siendo más generalizado que diversos tipos de cáncer. No obstante, muchos pacientes tienen que ver a diferentes médicos, descartando otros padecimientos, hasta que encuentran médicos especializados en fatiga crónica. Si bien no existe cura para el SFC, puedes mejorar mucho tu calidad de vida eligiendo la atención quiropráctica para el síndrome de fatiga crónica

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¿Cómo se diagnostica el Síndrome de Fatiga Crónica?

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Como explicamos en el párrafo anterior, muchos pacientes tienen que descartar varias otras afecciones antes de que se les diagnostique SFC. Esto se debe a los variados síntomas, que pueden confundirse con padecimientos muy graves, como accidente cerebrovascular, enfermedad autoinmune, o tumor cerebral maligno.

Estos síntomas incluyen:
• Fatiga extrema y prolongada (que se extiende más de un día después del final de los esfuerzos físicos o mentales)
• Falta de concentración (mente “difusa”)
• Pérdida de memoria
• Dolor muscular inexplicable
• Dolor en las articulaciones, sin enrojecimiento ni hinchazón, cambiando de una parte del cuerpo a otra
• Dolor de cabeza
• Despertarse de una noche de sueño sin sentirse descansado y renovado.

Según los médicos especializados en fatiga crónica, las mujeres son cuatro veces más propensas a padecer esta afección que los hombres. El promedio de edad de inicio del SFC es de entre 40 y 50 años

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¿Cómo cambia tu vida el síndrome de fatiga crónica?

Los pacientes con SFC reportan un cambio completo en su estilo de vida habitual. La fatiga crónica les impide poder trabajar en días diversos y el número de días de baja por enfermedad perjudica su carrera.
También son propensos a desarrollar depresión y aislarse, ya que son incapaces de enfrentar las actividades diarias como el de atender a los niños, socializar y tener intimidad con su pareja.

Desafortunadamente, la medicina alopática solo tiene soluciones a corto plazo para estas personas, medicamentos que alivian el dolor y aumentan sus niveles de energía por un tiempo. Como resultado, estos pacientes se sienten atrapados entre elegir vivir con SFC y sus síntomas debilitantes y ser dependientes de diversas píldoras

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Pruebe la alternativa: Cuidados quiroprácticos para el síndrome de fatiga crónica

Un quiropráctico puede no parecer el primer especialista en ver para el SFC, pero puede ser la mejor opción si desea recuperar el control sobre su vida sin tomar varios medicamentos todo el tiempo.

La quiropráctica es la rama de la medicina que se enfoca en toda la persona, no solo en la parte que duele. Muchos síntomas del SFC son confusos de tratar por separado, por lo que la atención quiropráctica para el síndrome de fatiga crónica te mira a ti, como un ser humano completo. Por ejemplo, su quiropráctico le recomendará

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Ajustes espinales para aliviar el dolor

El

dolor es la respuesta de los nervios a diversos tipos de trauma, tanto externos como internos. La mayoría de tus nervios pasan por tu columna vertebral, ya que salen del cerebro y se ramifican hacia varias partes del cuerpo.
Los ajustes espinales representan una gran parte de la atención quiropráctica para el síndrome de fatiga crónica. Una vez que se alivian la presión y la tensión, muchos pacientes reportan una mejoría en su condición. Están libres de dolor y tienen mayores niveles de energía, sin tomar ninguna pastilla.

Ajustar su dieta

Somos lo que comemos, y la mayoría de nosotros no podemos decir que estamos orgullosos de nuestras dietas y sus resultados, visibles en nuestros cuerpos. El estilo de vida moderno, siempre a la fuga para llegar al trabajo, recoger a los niños de la escuela, y terminar las tareas del hogar nos hace elegir comida rápida o incluso saltarnos comidas.
Un quiropráctico le recomendará un cambio en sus hábitos alimenticios, comenzando con horas fijas para las comidas, tomándole tiempo para disfrutar de los alimentos, e incluyendo minerales y vitaminas que se sabe que mejoran los síntomas del SFC, como:
• Ácidos grasos Omega 3 — que se encuentran especialmente en los peces
• Magnesio: se encuentra en nueces, aguacate y legumbres (frijoles, lentejas, guisantes)
• Ácido linoleico: se encuentra en los aceites vegetales
• Ácido málico: se encuentra en bayas, uvas, albaricoques y

melocotones.

Ejercicio

El ejercicio físico es crucial para una vida saludable. La atención quiropráctica para el síndrome de fatiga crónica, así como para otras afecciones, incluye una serie de ejercicios diarios. Su quiropráctico seleccionará estos ejercicios dependiendo de varios factores, incluyendo otras condiciones preexistentes, su nivel de condición física y la capacidad de realizarlos en casa

sin supervisión.

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